Según la investigación, en 2024, dos delincuentes, presentándose como electricistas, entraron en el apartamento de un residente de Minsk y durante varias horas torturaron a la víctima, amenazándola con una pistola de aire comprimido.
Los acusados esposaron al hombre y lo golpearon varias veces con una pistola paralizante, exigiendo que lo trasladaran