En gran parte del mundo rico, los ministros de finanzas enfrentan tanto grandes déficits como revueltas electorales, y hay pocas formas de satisfacer tanto a los mercados de bonos como a un electorado descontento.
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En gran parte del mundo rico, los ministros de finanzas enfrentan tanto grandes déficits como revueltas electorales, y hay pocas formas de satisfacer tanto a los mercados de bonos como a un electorado descontento.
Ilustración: Alex Nabaum